
Los arrecifes desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de la salud de los ecosistemas oceánicos al proporcionar hábitat y refugio a una gran variedad de especies marinas. Sus vibrantes colores no sólo crean impresionantes paisajes submarinos, sino que también indican la diversidad y vitalidad de la vida oceánica. Estos tonos vivos sustentan complejas redes tróficas y contribuyen al equilibrio general del medio marino, lo que subraya la importancia de proteger los ecosistemas de arrecifes de amenazas como el cambio climático y la contaminación.